ESCRITO EN 2014
Desde que empecé a trabajar de guía, y cada vez era más habitual, pasarme horas y días en autobuses, aviones, etc… empecé a coger la inamovible costumbre de despedirme siempre de la gente más importante en mi vida, aunque fuera para un viaje de 3 días. Nunca podía irme sin ir junto mi tía, mi pequeño primito Ares, mis padres, mis amigas y esa persona tan especial que todos tenemos.
En mi último viaje a Alemania, en Julio, iba yo toda reflexiva en el avión pensando en todo esto y en que quizás a veces no vuelves a ver a esas personas que tanto quieres y por eso la despedida siempre tiene que ser OBLIGATORIA y en paz, nunca debes viajar enfadado con nadie y menos con las personas importantes en tu vida… En medio de esos pensamientos, habló el piloto explicando que llevábamos 10 minutos sobrevolando Frankfurt y que estaríamos 30 minutos más en el aire ya que el aeropuerto estaba cerrado por fuertes tormentas… Pensé, esto es una señal o que? Al final todo salió bien, como era de esperar pero una vez más me confirmó mi teoría de vida «disfruta el momento, pasa el mayor tiempo posible con las personas que quieres, no te enfades con tonterías, ama y sé feliz, ten el alma en paz siempre porque nunca sabes cuando va a ser el último día».
Al llegar a mi destino, un barco que navegaba por Alemania, me encontré con que estaba incomunicada, sin Internet, así que obligatoriamente dejé este espacio mío y vuestro y por ello os pido disculpas. Gracias a todas las personas que me han escrito diciendo que echaban de menos mis palabras, y que cuando me extrañaban entraban en mi blog para tener un pedacito de mi… Se agradece!
He vivido una experiencia que me ha hecho más profesional pero sobre todo más madura y fuerte personalmente… LA OTERO HA VUELTO…