El turismo siempre fue conocido como la gallina de los huevos de oro. En todos los programas políticos se nombra esta actividad y son muchos los ayuntamientos que se empeñan en ser turísticos, y es que ya lo decía Paco Martínez Soria en su película, “El Turismo es un gran invento”. Sin embargo, no todos los municipios cuentan con recursos que tengan por sí solos el suficiente poder de atracción para ser denominados turísticos. Es por ello, que muchos eligen el turismo de eventos y turismo deportivo como un elemento clave dentro de las políticas de marketing territorial, promocionando el municipio debido a la atracción que genera el evento, tanto en el momento de la celebración como posteriormente al mismo.
En los últimos años hemos visto como las andainas, carreras, eventos de triatlón, maratones, etc. creaban una gran afición y cada vez son más los que viajan dentro del país y fuera, motivados en primer lugar por una prueba deportiva. Lo cierto es que el tema de conciencia sobre la salud está siendo uno de los motivos por el cual el turismo deportivo se encuentra en auge, principalmente el turismo de running y cicloturismo. Como consecuencia, en los últimos años han surgido agencias de viajes especializadas en organizar todo para que los aficionados participen por ejemplo, en maratones mundialmente conocidas, como las de Nueva York o Londres y ha surgido en el sector hotelero el sello Bikefriendly, que indica que el establecimiento dispone de los servicios necesarios para una estancia cicloturista. Ahora bien, debemos de tener claro que esto sólo ha comenzado, y seguirá siendo un sector en el cual habrá que incidir en los próximos años para satisfacer cada vez mejor las características tan singulares que demanda este turista especial.
Dentro del turismo deportivo tenemos que destacar los eventos del motor (rallies, pruebas cicloturísticas, Fórmula 1, etc.) debido a la capacidad que tienen para mover grandes flujos turísticos. En el caso de los rallyes, su celebración constituye la dinamización del entorno de la ciudad además de la atracción del turismo hacia ella. Y es que no sólo se desplaza el piloto, copiloto, mecánicos y equipos de asistencias, sino mujeres, familiares, amigos y aficionados. Los hoteles, casas de turismo rural y restaurantes se llenan durante un fin de semana y los pilotos y copilotos dan movimiento al sector servicios de la zona ya el fin de semana previo al rallye, cuando realizan los entrenamientos. Los diferentes tramos, situados en la periferia de la ciudad anfitriona, se abarrotan de aficionados durante el día de la prueba, que aprovechen el motivo del rally para irse de fin de semana y hacer turismo por los municipios donde se celebra el mismo. Y lo más importante, los asistentes muestran fidelidad al evento acudiendo de forma continuada todos los años principalmente dentro de Galicia, la fidelidad es muy alta en las pruebas regionales del motor en Vigo, Ourense y Ferrol, como demuestra el estudio realizado por Paula Castiñeira en 2009 “Turismo de eventos deportivos como factor innovador en las ciudades: Eventos del motor”.
Como conclusión, destacar que las ciudades acogen la celebración de estos espectáculos deportivos no sólo como elemento desestacionalizador sino también con la finalidad de obtener repercusión, no solamente económica sino también a nivel de imagen de marca, en este caso, marca de destino, dándose a conocer a nivel regional, nacional o internacional, dependiendo la envergadura de los mismos.