Hace muchos años que tenía curiosidad por descubrir Marruecos. Tras descubrir Túnez en mi excursión de fin de carrera, allá por el 2004, y trabajar dos años como agente de viajes (entre 2005 y 2007) vendiendo este destino en varias ocasiones, mi curiosidad por saber de primera mano lo que era un Riad y descubrir las maravillas de este país musulmán, seguía viva.
Fue un viaje que disfruté muchísimo. Nueva cultura, nueva gastronomía, nuevos amigos en el camino, nuevos paisajes… y sobre todo mucha paz para el alma que es lo que necesitaba! Viajé acompañada y fue un viaje de dejarse llevar, de ir a dónde el cuerpo nos pidiese, de disfrutar sin prisas, sin planes… Empezamos en Marrackech y teníamos claro que queríamos dormir una noche en el desierto! Con sólo eso y una maleta muy mal hecha volé Madrid-Marrackech.
Resultaría ser un viaje de 13 días pisando Marrackech, 3 días de excursión por las montañas Atlas con noche en una jaima en el desierto, Fez, Chefchaouen, Assilah y Tánger.

Marrakesh es una de las ciudades más importantes y conocidas del país. Suele ser la opción más elegida para una escapada corta desde España. Cuenta con casi 1.600.000 habitantes, que se mezclan con los miles de turistas de todo el mundo que se acercan a visitarla cada año. Esta mezcla es muy palpable en la Plaza Yema el Fna, el lugar más emblemático de la ciudad. Es el corazón de la Medina, desde donde salen en todas direcciones una densa red de callejuelas. Muy tranquila por la mañana y un espectáculo al atardecer, la plaza se va llenando al pasar las horas de músicos, malabaristas, encantadores de serpientes y vendedores ambulantes de todo tipo: Mujeres buscando a turistas para hacerles tatuajes de henna, multitud de puestos dónde comprar zumos naturales y frescos de una gran variedad de frutas por menos de un euro, puestos de artesanía marroquí, pócimas afrodisíacas y objetos eróticos, calesas de caballos para sumergirse a conocer la ciudad, etc. Y rodeando la plaza, pintorescas cafeterías donde tomarse sabrosos tés, y restaurantes con las tajines como plato estrella, lugares ideales para disfrutar de ese espectáculo de colores, olores y sabores que es esta ciudad y en espacial esta plaza.
De día, visitas obligatorias son su gran Medina, donde pasar horas regateando y observando las maravillas de productos que allí se venden y su forma de venderlas…Todo es un espectáculo! La Mezquita Kutubia es una referencia muy buena para orientarse ya que es el edificio más alto de la ciudad y aunque es un monumento de gran importancia en el país, no se puede visitar su interior al igual que el resto de mezquitas, sólo reservadas para los musulmanes. La Kutubia es famosa sobre todo por su minarete de base cuadrada y construida a fines del siglo XII, representó el modelo de referencia para la Giralda de Sevilla y para la Torre Hasan en Rabat. Visitar sus palacios como por ejemplo, el de la Bahía, hacerse un hamman y darse un masaje en los numerosos y variados lugares que hay por toda la ciudad con precios que varían de los 2 a los 50 euros, tiendas de productos de cuidados corporales con el aceite de argán con principal protagonismo, y los pintalabios verdes que se ven de diferente color o tonalidad en los labios según tu temperatura… Hay tanto por ver y hacer en esta ciudad! Además, para los amantes de las plantas, las flores, los colores y/o el arte, una opción recomendable de visitas es el Jardín Botánico Majorelle. La entrada cuesta 7 euros y es un lugar ideal para hacer hermosas fotografías.



Ana es una persona maravillosa, tuve el gran honor y placer de conocerla en Marruecos mi país. Tiene una pasión grande para su carrera. Estoy seguro que será especial y creativa a nivel profesional.
Saludos desde Marruecos 🙂